Durante mucho tiempo me dio vueltas en la cabeza la idea de querer dedicarme a lo que me apasiona: emprender, trabajar remoto y tener tiempo de calidad con mi hija, pero siempre me acompañó la presión de tener un trabajo "estable". Por muchos años arranqué y dejé muchos emprendimientos, trataba de hacer malabares con mi trabajos (nunca un solo trabajo pues emprendedora) y la maternidad. Llegó un momento en el que mi pasion me pesaba, sentía que no podía seguir perdiendo el tiempo y que tenía que dejar de lado lo que realmente me gustaba para hacer lo que debia. Nunca me alcanzaba el tiempo y nunca era el “momento correcto” para hacer de mi pasión mi profesión. Pero, ¿cuándo es el “momento correcto” para dedicarse a lo que a uno le apasiona?🙊

Después de muchas frustraciones sentí que para llegar a donde quería, tenía que hacer lo que me gustaba: ayudar a otras personas a potenciarse🚀. Esta vez estaba decidida, lo quería hacer desde un lugar diferente, motivandolas, enseñándoles y asesorándolas sobre este mundo digital, mundo que amo, que me divierte, me desafía y me saca de mi zona de comfort todo el tiempo porque hace que este en permanente capacitacion y movimiento. Fue ahí cuando tomé la decisión de ser fiel a mí misma y dedicarme 100% a esto. Tan solo con un paso, sentí cómo había conseguido dar el mayor salto de mi vida y animarme a este nuevo mundo de los productos digitales.